Hoy desperté con el cerebro adolorido, como nublada, tomé un café y me dispuse a trabajar; pero el tiempo tenía otros planes. Apenas eran las 9 de la mañana, el termómetro ya estaba cerca de los 40 grados, apenas abrí los correos que debía contestar cuando escuché el "clic" que todos quienes vivimos en tierra caliente, tememos. Era el sonido de la energía eléctrica desapareciendo. La pantalla se apagó, el ventilador del minisplit quedó en silencio por un momento, hasta que el trino de los pájaros se encendió. Tyler comenzó a jadear con fuerza, mi cara se empapó de sudor, abrí ventanas y puertas con la esperanza de encontrar brisa fresca, pero solamente encontré un soplido ligero que se abría paso entre el vapor caliente que saturaba la atmósfera. Saqué la silla de playa a la terraza, empapé a Tyler y me mojé la cabeza, el agua salía tibia de la manguera. Ya en la terraza, intenté leer pero no logré concentrarme con todo el ruido que hacían los vecinos abriendo y cerrando puertas, supongo que en busca de frescura como yo.
La calle frente a nosotros se llenó de vida, cosa rara para esta hora en pleno verano. Algunos vecinos caminaban en dirección de la tienda y regresaban con bebidas frescas, otros se subían a sus carros para prender el aire acondicionado mientras conversaban y los pájaros, como si supieran, trinaban cada vez más fuerte. Así estuvimos cerca de una hora, Tyler ladrando a discreción, Yo, intentando descifrar el significado del caos según Hesíodo. Ya me estaba encariñando con Eros cuando el límite entre la sombra y el sol nos alcanzó.
Tuvimos que bajar para refrescar de nuevo a Tyler con la manguera, entonces un aviso, un clic más agudo que el anterior, un intento de reactivar la energía eléctrica me ilusionó. El minisplit se encendió, Tyler corrió junto a mí para disfrutar del aire fresco, permanecimos allí, un par de minutos disfrutando, luego me acerqué al escritorio para encender la computadora. Apenas iba encendiendo cuando de nuevo el "clic" del terror. Esperé un poco y nada, nos quedamos en silencio de nuevo. Tres veces sucedió así, que justo cuando encendía la computadora se apagaba todo, entendí la indirecta del universo y decidí no volver a prenderla, con tal de que me regresaran la frescura.
Claro que Mercurio Retrógrado no contaba con la laptop guardada en la maleta, así que aquí estamos, surfeando entre apagones viejos callejones. Llevamos casi una hora sin corte de luz, Tyler disfruta de la cascada de aire fresco que sale del minisplit y yo, yo he vuelto a andar por este blog después de tantos años.
Tuvimos que bajar para refrescar de nuevo a Tyler con la manguera, entonces un aviso, un clic más agudo que el anterior, un intento de reactivar la energía eléctrica me ilusionó. El minisplit se encendió, Tyler corrió junto a mí para disfrutar del aire fresco, permanecimos allí, un par de minutos disfrutando, luego me acerqué al escritorio para encender la computadora. Apenas iba encendiendo cuando de nuevo el "clic" del terror. Esperé un poco y nada, nos quedamos en silencio de nuevo. Tres veces sucedió así, que justo cuando encendía la computadora se apagaba todo, entendí la indirecta del universo y decidí no volver a prenderla, con tal de que me regresaran la frescura.
Claro que Mercurio Retrógrado no contaba con la laptop guardada en la maleta, así que aquí estamos, surfeando entre apagones viejos callejones. Llevamos casi una hora sin corte de luz, Tyler disfruta de la cascada de aire fresco que sale del minisplit y yo, yo he vuelto a andar por este blog después de tantos años.
Aquí me tienen, de vuelta, quizá un par de miradas vengan a saludar, quizá alguien se anime a pasear junto a mí por estas calles oscuras, quizás solamente vuelva a escuchar el eco de mis pasos que tanto extraño.
#Culiacan #ClaudiaIslasCoronel #fantasmas #calor #verano #historias