domingo, 10 de mayo de 2009

El Recuento Influyente




El Recuento Influyente

La Ciudad de México
bajo la alerta de un nuevo virus,
con la fuerza de un estornudo
tose sin control a lo desconocido

El rugir de la ventana cede paso al silencio
y la mente se llena de ruido,
un termómetro como guía
el último en la farmacia de la esquina,
dos o quizá tres, las noches
hacia el final de lo conocido,
cuatro las horas de espera
cubriendo con un paño azul
el pánico a las malas influencias,
cinco los policías que tranzan a los heridos,
seis los que llegaron de hospitales particulares,
dan las siete y llega la primera que chifla mientras respira,
somos ocho los que preguntamos la hora,
por fin el doctor vaticina nuestro futuro,
menos de 39 no es fiebre suficiente
y regresamos a casa entre horas perdidas
con la sonrisa cubierta por un día que no fue el último,
son las diez y nos olvidamos de buscar la luna,
hay que tallar por once segundos las manos
antes de acariciar tu rostro sano
regresa el principio y te alegras de vernos juntos
te acomodas sobre un suspiro que te asegura
que aun estamos vivos
la almohada absorbe los planes del fin de semana
por la mañana no habrá quesadillas en el mercado
ni paseos al parque juntando flores de jacaranda
temerosos nos guardaremos los besos en los labios
se quedaran vacías de saludos las manos,
el infinito de la noche nos cubre ya la boca
la estruendosa duda crece, ¿será realidad?
¿la gran ciudad agoniza sin avisarnos?
¿o es que somos el as en un juego macabro
inasequible a los ciudadanos?
la fragilidad de los sueños tirita ante las noticias,
la economía esconde el descalabro bajo el fango
cloacas pudientes, hogar de privilegiados,
“influencias” de los cerdos disfrazados de héroes
nos siguen robando verdades
y tu aliento frente al mío duerme
abrazando el futuro
de un ayer que no conocimos
y mis manos esterilizadas acarician el presente
que construyes con las tuyas
cuando entre sábanas se consume la muerte.