miércoles, 24 de febrero de 2010

¡Por el gusto de conocernos... mi Reina!


Te encontré pequeñita y azul, atrapada en las paredes de los "bits", aquella tarde lluviosa en el desierto cuando la brisa se detuvo para saludar en forma de flor al sol. Bastaron unos minutos, quizá dos "tracks" para darme cuenta que había llegado tarde. Heroína triste, te has llevado un pedazo de mi corazón y cuántos quisiéramos estrecharte, cuántas historias pudimos haber escrito, te quedaste corta con los 25,000. Tu voz, ladrona del tiempo, sigue aquí tocando cada centímetro de piel, erizando el alma de un mundo sin distancias, apaciguando dolores solitarios entre espinas de cadenas y bolas. Por eso en esta media luna, te invito un whiskey mientras me monto en el Mercedes Benz para alcanzarte del otro lado de la libertad y descubrir que las respuestas agarradas de tu mano se siguen susurrando en el viento. Mi reina, de sueños estaba lleno tu escenario, de soledad se vestía tu cama y aún la travesura se mete entre las venas cada que sonríes. Confía, jamás serás una mujer que se ha quedado sola, pues el tiempo de verano aún baila sobre las cuerdas de Jimmy y estas paredes se hacen hogar entre tus notas.
No estas sola, ya no estamos solas.