jueves, 30 de abril de 2009

Cautiverio



Me cansé,
de la sorpresa enmascarada
de una vida ya vivida

me cansé
de arrastrar la retina
contra las grietas
pegandose al piso
con cada paso
que retumba
hacia una rutina podrida

me cansé
de dibujar
con nubes
la clausura del acto
impune
entre
palabras retorcidas,

me cansé
de respirar
el óxido de anclas
en la memoria gris
que insiste en buscar
un suspiro sin nombre

me cansé
como sucede al camino
al ser engendrado
siempre por los mismos pies

me cansé
del cansancio
me cansé de habitar
una ciudad desfigurada
por el hambre en sus párpados

me cansé de gritar
la inexistencia
me cansé...

me cansé
de no ser ave
ni canto del árbol
que se mece encantado por el viento
de no ser pez
ni espuma crujiendo contra la aurora


me harté
de no ser,
de ser humano,
de no sentir,
de dolerle hasta a la tierra,


de no vivir
me cansé,

de no soñar,
de no existir.






sábado, 18 de abril de 2009

El Velo de un Sueño


Esta noche que ya es de día
me siento al borde de la cama
para estar sin saber hasta donde
sola como esa almohada que me mira
desde su sitio me enfrenta a los fantasmas
que han llegado desde lejos
se hace presente el camino
se nubla ante la incertidumbre el fulgor
doblega al ímpetu la aberración
sin embargo sigo aquí
seguimos aquí
en una noche etílica
que no se explica el día
y pretende la eterna oscuridad
sin intención mas lejana
que una línea
un trazo dibujante
del borde de tu risa
mientras duermes a mi lado
y sueñas como el hada
un laberito entre de sábanas
satinadas de aventuras
que se acurrucan en tus pestañas
como tiernas avellanas
mientras me circundan los fantasmas
de un ayer sin futuro
de una jacaranda sin celeste
a gatas los ahuyento
con mis gestos inciertos
intento en el recuerdo amasar
las cosquillas de tus dedos
recorriéndome el cuello
y no queda nada
mas que el humo del cigarro
en espiral consumiendo
el perene segundero
que se me escurre entre
la sombra de una hora
y la que sigue
sigue aquí
como un espectro
que no sirve
a nadie
que no vive
para nadie
que se percibe
en el papel
mas no se siente
mas allá del teclado
martillando
agolpando
el latido de este corazón
que se derrite
ante tu suspiro
vago en el silencio
y soy yo
una sombra
en el entierro
de una hoja
que pretende
deslizarse
como pluma en el viento
para verter en una lágrima
el siempre que no se encuentra
mas allá de una noche
en que decidí
velar tu sueño